lunes, 16 de marzo de 2020

El Nombre De Juan El Bautista

Lucas 1:57–80 




57 Y a Elisabet se le cumplió 
el tiempo de su alumbramiento, 
y dio a luz un hijo. 

58 Y oyeron los vecinos y los 

parientes que Dios había hecho 
para con ella gran misericordia, 
y se alegraron con ella. 

59 Y aconteció que al octavo 

día vinieron para circuncidar 
al niño, y le llamaban con el 
nombre de su padre, Zacarías. 


60 Y respondiendo su madre, 

dijo: No, sino Juan será llamado. 




61 Y le dijeron: ¿Por qué? 
No hay nadie en tu parentela 
que se llame con ese nombre. 

62 Entonces preguntaron por 

señas a su padre cómo le 
quería llamar 

63 Y él, pidiendo una tablilla, 

escribió, diciendo: Juan es su 
nombre. Y todos se maravillaron.









64 En ese mismo momento fue 

abierta su boca y suelta su lengua, 
y habló, alabando a Dios. 

65 Y sobrevino un temor sobre 

todos los vecinos de ellos; y en 
todas las montañas de Judea se 
divulgaron todas estas cosas. 

66 Y todos los que las oían las 

conservaban en su corazón, diciendo: 
¿Quién, pues, será este niño? Y la 
mano del Señor estaba con él. 













67 Y Zacarías, su padre, fue lleno 

del Espíritu Santo y profetizó, diciendo: 

68 Bendito el Señor Dios de Israel, 


que ha visitado yredimido a su pueblo, 

69 y nos levantó un cuerno de 


salvación en la casa de David, 
su siervo, 

70 como habló por boca de sus santos 


profetas que fueron desde el principio: 











71 Salvación de nuestros enemigos y 

de la mano de todos los que nos 
aborrecieron, 

72 para hacer misericordia con 


nuestros padresy acordarse de 
su santo convenio; 

73 del juramento que juró a 


Abraham, nuestro padre,que nos 
había de conceder, 

74 que sin temor, librados de 


nuestros enemigos,le serviríamos  

75 en santidad y en justicia delante


 de él todos nuestros días. 

76 Y tú, niño, profeta del Altísimo 


serás llamado,porque irás delante de 
la faz del Señor para preparar sus 
caminos, 

77 para dar conocimiento de 


salvación a su pueblo,para remisión 
de sus pecados, 

78 por la tierna misericordia de 


nuestro Dios,con que nos visitó 
desde lo alto la aurora, 

79 para dar luz a los que habitan 


en tinieblas y en sombra de muerte,
para encaminar nuestros pies por 
camino de paz. 

80 Y el niño crecía y se fortalecía 


en espíritu; y estuvo en lugares 
desiertos hasta el día en que se 
mostró a Israel.





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